Este patio se encuentra situado en la calle del Ángel, 9 “Baños del Ángel”
La calle parte de Santo Tomé y cuesta abajo llega hasta la Iglesia de San Juan de los Reyes. Recibe el nombre la calle a una estatuilla gótica situada en una hornacina a mitad de calle.
En los bajos de este inmueble González Simancas en 1929 descubrió un baño litúrgico judío o árabe, donde hoy día se puede contemplar un interesante capitel y varias arquerías. El Baño del Ángel es, sin duda, uno de los mejores conservados entre los ocho que todavía mantienen estructuras reconocibles dentro del Casco Histórico de Toledo.
La sala restaurada se corresponde con la caliente y, a diferencia de otros baños, mantiene el hipocausto hasta hoy mejor conservado de la arquitectura civil musulmana en Toledo. La puesta en valor de este baño permite, sin duda, ampliar el conocimiento sobre este tipo de construcciones de origen musulmán que son imprescindibles para comprender la estructura urbana, organización social y hábitos de vida en nuestra cuidad entre los siglos X y XIII.
La actuación sobre la sala caliente del Baño del Ángel pretende hacer comprensible este espacio, tanto desde un punto de vista de la forma como de la función y el uso que se hacía de él. Esta sala tiene una configuración tripartita con dos alcobas en los laterales del espacio central, separadas por dos arcos de herradura sobre columnas de mármol. En cada una de las alcobas se aloja una bañera de diferente tamaño, con un banco que ocupa dos laterales en la bañera grande y uno en la bañera pequeña, lo que nos da indicios del carácter social que también tenía del acto del baño. El espacio está cubierto con un sistema de bóvedas de medio cañón. En la bóveda central se abren una serie ordenada de pequeños huecos o lucernas que realizan una doble función: matizar la entrada de luz exterior y regular la densidad de vapor y el calor del baño.
El acondicionamiento de este importante yacimiento arqueológico pretende dar luz a todos los elementos del espacio original que han llegado hasta nuestros días, a la vez que hacer comprensible el espacio, su función y su uso dentro del conjunto al que pertenece. (Textos: Consorcio de Toledo)
Próximo a esta calle, entrando por la siguiente a la izquierda, se llega al lugar donde se inspiró la trágica leyenda:
El callejón de los Jacintos “Don Diego hace un manojo de jacintos, y con el pomo de su puñal golpea el ventanal, que Salomé no place abrir… De improviso, un estrépito estalla al pie de aquél vano, y el duque de Sandoval cae en tierra agonizando, y los jacintos blanquean el rojo manantial que con su sangre está brotando. Cuando el día amaneció todos preguntan quién al duque anoche mató, unos dicen que fue él, otros: No, que el diablo fue, y otros: castigo de Dios”.