Este patio se encuentra situado en la bajada del Pozo Amargo, 2
Desde 1864 acá se han modificado los rótulos viarios, comparados con los que dispuso el Nomenclátor oficial; pero no mucho. Para entender lo que, a primera vista parece ser un galimatías, aclararemos para comenzar que la plazuela es hoy una parte de la calle principal; la bajada, llamada en 1858 “bajada de la Puerta Llana al Pozo Amargo” es hoy solamente bajada al Pozo Amargo, mientras que el callejón sin salida continúa sin variación.
Comenzando la bajada, en el núm. 2, nos encontramos ante el edificio más interesante del que quedan restos de las mezquitas desconocidas de Toledo, hasta que Pons Boigues publicó los primeros documentos mozárabes traducidos. El inmueble perteneció a mediados del siglo XII a un cristiano llamado Salvador; fallecido éste, lo heredaron sus dos hijas quienes vendieron el templo en los años 1167 y 1170 al arcipreste Nicolás. En 1178, fallecido ya el arcipreste, sus albaceas lo vendieron junto a un establo próximo que antes era mezquita.
En el siglo XX se hallaron restos del olvidado templo. Consistentes en tres arcos de ladrillo con revocado parcial. Son de ojiva túmida, más estrecho y agudo el del centro que los laterales, y a los que debió encuadrar un alfiz, del que se halla próximo al de la derecha. En las reformas es posible que algunos restos se hayan perdido tras el muro. (Fuente: Historia de las Calles de Toledo)
El edificio corresponde a un antiguo palacio situado en el Casco Histórico de Toledo, ciudad Patrimonio de la Humanidad, a escasos metros de la Catedral. Su datación más antigua, realizada por arqueólogos homologados por el Consorcio de la Ciudad de Toledo es del siglo IX y se relaciona con un medio arco de herradura. Desde esta época y hasta nuestros días, han quedado huellas de muchos estilos arquitectónicos y épocas socio-culturales que la ciudad vivió; así la casa posee un tesoro en vestigios datados desde el siglo IX y hasta el XVII. En 2004 se iniciaron los trabajos para adecuarla como vivienda familiar y la rehabilitación terminó en marzo de 2009. Está catalogada por Patrimonio con valor “P”, máxima catalogación para una vivienda particular.
Según Jean Passini, esta casa fue propiedad del prior Aruche en 1492. Curiosamente, según B. Nahman en su listado de las Familias del Reino de Toledo que salieron después del decreto de expulsión de 1492, era este el apellido de muchas de ellas, lo que indica que podría ser un apellido de origen sefardí.
La planta baja está ocupada por un patio de origen islámico, posiblemente rediseñado siglos más tarde por Alonso de Covarrubias. Posee dos columnas de piedra sobre las que apoya la galería de la planta primera, con una inscripción esculpida en el granito que indica “AÑO DE 1555”. En el patio se observan varias piezas interesantes, pero entre ellas destacan dos arcos de herradura, uno de los cuales conserva parte de la yesería original. Hoy, es un espacio amable y fresco donde disfrutar de un rico desayuno o de una lectura pausada. La planta primera gira alrededor del patio y en ella se encuentran las habitaciones “Crisol de Culturas” y “Templo”. En la entreplanta están el dormitorio “Montes de Toledo” y la sala de estar, con un alfarje Bajo Medieval de los siglos XIV-XV, donde descansar después de un día visitando la ciudad. En la planta sótano se aloja una bodega del siglo XV-XVI, con arcos de fábrica y suelo de ladrillo original en sardinel. En 2009 recibió el premio “Gonzalo Ruiz de Toledo”, que otorga la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, por su esmerada rehabilitación. El Consorcio de la Ciudad de Toledo utilizó la imagen de esta casa para el VI Congreso Internacional de Musealización y Patrimonio que tuvo lugar en Toledo en 2010. En 2011 recibió una mención especial de la Real Fundación de Toledo por el mantenimiento del Patrimonio y el premio especial de votación popular del Concurso de Patios de Toledo.
Nuestra casa es un reflejo de la ciudad que la acoge; es un lugar donde conviven huellas de las tres culturas que esta ciudad vio florecer; con el silencio acogedor de un convento, donde podrás disfrutar del frescor de su patio y de una apacible estancia. Desde 2019, esta casa palacio del siglo IX, ubicada en pleno centro de la ciudad, se ha convertido en un Hotel con encanto especial (Textos: Casa Palacio – Rincón de la Catedral)